La herencia del Autódromo de Terramar

El viejo autódromo de Terramar, el primero que hubo en la Península Ibérica, ha recuperado recientemente actividad. No, no se trata que se recuperen las carreras automovilísticas ni que el sonido de los bólidos vuelva a oirse en lo que hoy es la urbanización de Rocamar, ni tan sólo que se reconstruyan sus abandonadas instalaciones, sino simplemente que el viejo circuito es escenario de algunas pruebas o actos de orientación publicitaria.

Esto es lo que recientemente hicieron el campeón Carlos Sainz y el joven piloto Miquel Molina, que probaron para Audi su R8 LMS con el objetivo de alcanzar máximas de velocidad y comprovar su resistencia. El resultado de la prueba se puede ver en un vídeo que está obteniendo un gran número de visitas en You Tube.

Así mismo, otras marcas han realizado últimamente otras pruebas o acciones comerciales en el recinto, que, de esta manera, recuerda la actividad que tuvo hace 90 años. El Autódromo de Terramar, situado junto a la zona residencial del mismo nombre (ya en témino municipal de Sant Pere de Ribes), acogió importantes pruebas en la década de los años veinte, de hecho las primeras que se realizaban en España.

Su construccción fue paralela a la edificación de Terramar, entendida como la primera ciudad-jardín de Catalunya, que contribuyó a proyectar Sitges ya como un lugar destacado de veraneo y que poco después se conoció como “Playa de Oro”.

El Autódromo tuvo pocos años de vida activa, ya que la evolución de la industria y de la competición automovilística, la Guerra Civil y la construcción de otros circuitos contribuyeron a su caída a la misma velocidad en que se había producido su auge o los vehículos habían rodado por su pista.





Enjoy Sitges

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