Eric Roqueta: de Sitges a Bakú

Después de cuatro años de éxito ejerciendo de preparador físico del Reus Deportiu en la Ok Liga de hockey patines, la nueva junta del equipo del Baix Camp comunicaba a Eric Roqueta (Sitges, 1985), que no le renovaban su contrato. En medio de una dura crisis donde el deporte está siendo golpeado con mucha dureza, este preparador físico criado en la escuela del INEFC y entre otras cosas ex jugador de la Blanca Subur y el Suburense recibía una llamada del Khazar Lankaran de la Primera División de fútbol de Azerbaiyán. Un país donde el talento empieza a ser reclutado con los recursos provenientes del gas y el petróleo.

¿Cómo contactas con este club?
Después de unos años muy buenos en Reus, me encontré en el paro y entonces, a través de una persona vinculada al fútbol internacional, contacté con el Khazar Lankaran, un equipo de Primera División de Azerbaiyán.

¿Y los acontecimientos se precipitan, no?

Pues sí, porque el primer contacto se produce a mediados de agosto y a principios de septiembre ya viajaba a Bakú para terminar de cerrar el contrato. Los dirigentes del club quieren crear una estructura de club potente y, como tienen los recursos económicos provenientes del gas y el petróleo, entonces se pueden permitir el lujo de traer a gente de fuera.

¿Cuéntame un poco sobre el Khazar Lankaran?

El club fue refundado el año 2004 por un empresario llamado Mübariz Mensimov, propietario de una gran empresa naviera. Tiene un estadio donde caben aproximadamente 20.000 espectadores. A medida que han ido pasando los años, el club ha ido invirtiendo cada vez más dinero en fichajes y esto le ha llevado a convertirse en uno de los equipos más potentes del país. Su máximo rival es el Neftchi y, en cuanto a títulos, desde 2004 el Khazar Lankaran ha conseguido ganar 1 Liga y 2 Copas de Azerbaiyán. Todo el proceso de cambios ha concluido este mes de noviembre con la llegada de un nuevo técnico, Carles Martorell, también de Sitges.  

¿Cómo es tu vida en Bakú?

Cómoda, a pesar de que mi equipo sea de Lankaran. El hecho de que la mayor parte de equipos jueguen en la capital hace que hagamos mucha vida en Bakú. A Lankaran vamos en contadas ocasiones, para jugar y entrenar alguna vez. Allí nos alojamos en una residencia deportiva. Los primeros meses de adaptación al país son duros, pero hace pocas semana mi novia se ha venido a vivir conmigo y eso ayuda mucho. 

¿Qué perspectivas tienes de cara al futuro? 

Mi contrato finaliza a final de temporada pero, tal y como está la situación en Catalunya y en España, me gustaría seguir trabajando en el extranjero. Pienso que mi futuro laboral está fuera de casa y estoy disfrutando mucho de esta experiencia que me ha regalado la vida. A pesar de que el nivel deportivo sea bajo respecto a las grandes ligas europeas, la profesionalización comienza a ser superior y esto de alguna manera se agradece.

Aleix Ramírez i Morlans